En la actividad deportiva, como profesionales o como aficionados, y en nuestro día a día pueden ocurrir una serie de lesiones de diversa consideración. En algunos casos se necesitará de un tratamiento para recuperarse de la lesión. Sin embargo, al recuperarse de la lesión, no hay que olvidar la importancia de la readaptación al esfuerzo tanto si eres deportista como si no.
La readaptación al esfuerzo marca la diferencia ¿quieres saber por qué?
¿Qué es la readaptación al esfuerzo?
Esto no es más que preparar a la persona una vez que se ha recuperado de su lesión; es decir, ya no hay dolor, o se ha reducido de forma considerable, al igual que la inestabilidad, falta de fuerza... Pero la persona necesita un entrenamiento específico para preparar a su cuerpo, en especial la zona lesionada, para volver a realizar esfuerzo como el que supone la actividad deportiva.
¿En qué consiste la readaptación al esfuerzo después de una lesión?
Con readaptación al esfuerzo nos referimos al entrenamiento específico, adaptado a las necesidades de la persona, para volver a realizar la actividad física o ejercicio que necesite.
La readaptación es importante (fundamental diría yo) en deportistas, después de una lesión, para asegurar la buena recuperación y, sobre todo, para prevenir lesiones similares y recaídas.
Sin embargo no deja de ser importante en otro tipo de lesiones, pues la readaptación lo que busca es preparar a la persona para el esfuerzo físico que va a desarrollar, para que la zona lesionada esté protegida frente a agresiones similares a las que provocaron la lesión.
La readaptación se realiza en las últimas fases del tratamiento, para preparar a la persona para que sepa responder a los esfuerzos específicos que va a sufrir en la actividad deportiva.
Efectivamente, la readaptación está muy relacionada con el entrenamiento de tipo propioceptivo, donde, además de entrenar fuerza muscular, lo que se busca es mejorar la respuesta del organismo a estímulos diversos como pisar sobre diferentes superficies, trabajar con planos inclinados o inestables, trabajar con ojos abiertos/cerrados, apoyo sobre un solo pie...(de este tema tratamos más en profundidad la semana pasada).
Readaptación: no solo en deportistas
Pero si en vez de un deportista federado eres una persona que hace ejercicio de forma amateur, ocasional, o bien te has hecho una lesión en una actividad diferente al ejercicio físico (en el trabajo, o una caída en casa...) también es importante la readaptación al esfuerzo, para garantizar la buena recuperación y menor riesgo de volver a sufrir una lesión.
Lesiones de espalda (dolor, contractura...), lesiones del tendón (por esfuerzo en profesiones como jardineros, o tareas del hogar...), o personas que se lesionan haciendo ejercicio de forma ocasional (aquel al que le gusta esquiar pero solo hace este ejercicio un par de semanas al año) deben tener en cuenta que la recuperación no termina cuando ya no duele o hay movilidad, sino que trabajar la readaptación al esfuerzo ayuda a prevenir lesiones similares y poder afrontar la actividad que provocó la lesión con menor riesgo. ¿Importante, verdad?
Por eso, en nuestra filosofía de trabajo el entrenamiento propioceptivo y los ejercicios readaptativos son una pieza clave en nuestros tratamientos. Por que no concebimos una recuperación total sin haber trabajado la readaptación de la zona lesionada e integrarla en el esquema corporal y así disminuir la posibilidad de recidivas, todos nuestros tratamientos llevan asociado, a parte del trabajo en clínica, una parte esencial que es la confección de una tabla de ejercicios personalizada y así conseguir una pronta y total recuperación.