Está demostrado que entrenar el “core” corrige la postura, la posición de los hombros, cuello y pelvis, además el ritmo respiratorio también se optimiza y disminuye la fatiga. Un “core” fuerte hará una musculatura más eficiente, con lo que el gasto energético es menor y nuestros entrenamientos pueden ser algo más prolongados.
Además si fortaleces esta zona ayudarás a prevenir lesiones. ¿Quieres saber más sobre el “core”?
El trabajo del “core” está ganando cada vez más importancia. Tener la zona central de nuestro cuerpo fuerte corrige la postura , proporciona equilibrio, estabilidad y ayuda a mejorar la forma y la eficiencia a la hora de practicar cualquier deporte, evitando balanceos y que trabajen de manera innecesaria otros músculos.
Al ser los músculos encargados de dar equilibrio a tu cuerpo, también son los que fortalecen la columna y por lo tanto si tus abdominales, lumbares y glúteos están fuertes al correr, por ejemplo, tu cuerpo no sufrirá de la misma manera el impacto de la zancada que con un “core” débil o desequilibrado. Esto también repercute en nuestras piernas y rodillas, ya que la transmisión de energía es mejor y nuestros movimientos serán más efectivos y poderosos, optimizando nuestro rendimiento deportivo.
Incluso en personas sedentarias que por su trabajo deban pasar horas sentados o de pie, tener un “core” fuerte va a suponer la diferencia entre que te duela la espalda al final del día o no.
¿Qué es el Core?
El “core” es una palabra inglesa que significa núcleo. En deporte cuando hablamos del “core” nos estamos refiriendo a la zona central de nuestro cuerpo.
El “core” está formado por la “cintura abdominal o faja lumbopélvica”, su función es dar estabilidad y amortiguar los impactos a los que sometemos la columna vertebral. Es de vital importancia no solo para deportistas sino para cualquier persona ya que protegerá nuestra columna de posibles lesiones y molestias, además de proporcionar un mayor rendimiento en deportistas.
En esencia el “core” está formado por toda la musculatura de la zona media de tu cuerpo, por lo que incluye a los abdominales, diafragma, músculos de la espalda baja, suelo pélvico y cadera.
La importancia de entrenar el “core”
La función destacada del “core” como conjunto de músculos, es estabilizar la columna vertebral y la pelvis durante el movimiento.
Cuando estos músculos trabajan de manera eficiente, el resultado es una distribución adecuada de las fuerzas; el control de los movimientos y la adecuada absorción de las fuerzas de impacto contra el suelo.
Así que nuestra recomendación es que no descuides ningún músculo en tus entrenamientos. La ansiada “tableta de chocolate” también puede hacer que exista un desequilibrio en nuestro “core”, al trabajar más intensamente una zona y puedas llegar a lesionarte.
¿Cómo trabajar el “core”?
Gimnasio
Existen muchos tutoriales en vídeo y en imágenes que te pueden ayudar a crear una rutina de entrenamiento para el “core”, pero nuestro consejo es que te pongas en manos de un entrenador, de manera individual o en grupo, notarás los resultados en muy poco tiempo.
Pilates
Una actividad que está centrada en el trabajo del “core” es el Pilates, ya que esta zona es clave para su correcta realización. La mayoría de los ejercicios de Pilates están centrados en la potenciación de esta zona para evitar posibles lesiones o para fortalecer esta zona en personas que ya padecen lesiones, como pueden ser hernias, protusiones, discopatias degenerativas...
Si te interesa el Pilates en concreto, en el Centro de Fisioterapia y Osteopatía Casado Nájera llevamos años impartiendo esta actividad así que si quieres empezar a trabajar tu “core” ya sabes donde encontrarnos.