Este mes esta dedicado a los más pequeños y, por eso, esta semana os queremos contar cómo la osteopatía puede ser de gran ayuda a la hora de tratar ciertas complicaciones muy típicas en los más pequeños de la casa.
En un parto las contracciones tienen la función de dilatar las paredes que forman el canal del parto, además gracias a la oxitocina, las articulaciones están preparadas para dar de si todo lo posible para que la cabeza del bebé se abra paso entre ellas. Aún así, el cráneo del bebé debe de amoldarse y solaparse para ir adaptándose al este estrecho canal por donde debe de pasar. Por ello los huesos y fontanelas del bebé son totalmente maleables y empiezan a osificarse una vez ocurre el parto.
En la inmensa mayoría de los casos, el parto se produce en un quirófano, con la mujer tumbada en una postura que impide la deformación de la pelvis y que la gravedad ayude al niño a salir. Esto implica que la cabeza del bebé sufra más presión y tensión de la que debiera y, además en ocasiones sea necesario recurrir a fórceps o ventosas (parto instrumentalizado), que pueden provocar deformidades de los huesos del cráneo. Los problemas que pueden surgir de este momento tan trascendental en nuestra vida podrían evitarse si, en la misma sala de partos, estuviera presente un osteópata, como ya ocurre en otros países. O, al menos, visitar al osteópata al poco del nacimiento, con el fin de prevenir posibles complicaciones. Otros casos en los que sería necesario acudir a un osteópata tras el parto serían los siguientes:
Plagiocefalia (deformidad craneal). La plagiocefalia es una deformación craneal y facial, generalmente por causa posicional. Existe una deformidad craneal cuando el bebé no tiene la cabeza redondeada y presenta algún aplanamiento o crecimiento irregular. La cabeza del bebe es muy flexible, gracias a que los huesos del cráneo no están totalmente formados y la presencia de las fontanelas. Por ello, un buen tratamiento de osteopatía craneal es muy eficaz.
Si no se trata a tiempo, es decir, antes de que se cierren las fontanelas, pueden ocasionar secuelas como deformidad craneal, estrabismo, trastornos de la oclusión dental, problemas psicológicos, etc.
Lo más normal es recomendar la banda dinámica o casco ortopédico (que deben de llevar 23 h al día), pero la Osteopatía pediátrica es muy efectiva, además de ser una terapia nada invasiva para el bebe. La osteopatía aplica presiones muy suaves para permitir libertad de movimiento de los huesos y fontanelas del cráneo. Tanto si se necesita casco como si no, el tratamiento aplicado a tiempo, resulta muy eficaz en la corrección del cráneo, acortando el tiempo de la órtesis y en muchos casos, evitándola si el abordaje es precoz.
La osteopatía pediátrica se basa en técnicas manuales craneales muy suaves que actúan sobre la elasticidad y plasticidad del cráneo, con el fin de eliminar tensiones internas y modelar los huesos del cráneo.
La otitis. De nuevo, un ejercicio de normalización de los huesos craneales puede ayudar a aliviar el dolor de oídos sin necesidad de medicación ni de drenajes de tímpano y evita la constante recidiva infección de oídos-garganta-oídos.
Asma: una de las principales preocupaciones de la edad infantil, merece un poco más de atención. En muchos casos, no es un asma real. Existen dos tipos de asma, la que provoca dificultades de respiración al inspirar y la que las provoca al espirar. Ésta última es el asma más problemática; sin embargo, a menudo se confunde con el asma inspiratoria, que en realidad es una disnea respiratoria que provoca una tos corta y continua. Y esta disnea está causada por un bloqueo de las tres primeras costillas, a veces la cuarta, entre otras causas añadidas, y esto puede ir acompañado de una tos, provocada por la primera cervical, que se encuentra en una posición anormal de rotación. Con las sesiones osteopáticas, se pueden solucionar estos bloqueos y, por tanto, arreglar estas disfunciones respiratorias totalmente reversibles.
Bronquiolitis. En el caso de enfermedades de cursen con exceso de mucosidad e infecciones derivadas de ello, la fisioterapia puede ayudar realizando ejercicios que favorezcan la expulsión del moco y además enseñar a hacer lavados nasales.
Cólico del lactante. Como hemos comentado en post anteriores, el cólico puede deberse a un exceso de tensión del nervio vago (encargado de la digestión) a su salida craneal, un bloqueo del diafragma y a un enlentecimiento o ausencia de movimientos peristálticos del bebé. A través de la Osteopatía y con técnicas totalmente indoloras se devuelve la movilidad y elasticidad a los tejidos recuperando la función.
Estrabismo y problemas visuales. Muchas veces, debido a esa adaptación que debe de sufrir la cabeza del bebé para pasar por el canal del parto y malos hábitos posicionales (bebé todo el día tumbado) los huesos no vuelven a su lugar correspondiente. En este caso, cuando el niñ@ de corta edad empieza a tener problemas de visión o incluso el ojo se le tuerce es posible que haya tensión intracraneal que le esté afectando a los nervios de la visión o de la musculatura del ojo. Con técnicas suaves de remodelación y estiramiento en pocas sesiones estos problemas pueden solucionarse sin necesidad de utilizar parches, gafas...
Si tu hij@ tiene algún problema y dudas de si la Fisioterapia y Osteopatía pueden ayudarlo, llámanos y exponnos tu caso, te asesoraremos sin ningún compromiso.