¿Sabías que el cerebro, aunque sólo supone aproximadamente un 2% del peso corporal, consume el 20% de la energía disponible? ¿Y que este consumo aumenta bastante en época de exámenes? ¿Sabías que el cerebro capta energía procedente únicamente de la glucosa?
Los estudiantes se encuentran inmersos en uno de los momentos del curso más determinantes, la época de exámenes.
El estrés, los nervios y la ansiedad pueden marcar el ritmo de los jóvenes, quienes deberán hacer frente a estos días lo mejor que puedan. Para ello, un gran truco, además de haberle dedicado tiempo a cada materia durante el curso, es vigilar la alimentación.
Y es que, debido al cambio de hábitos por el que pasan gran parte del tiempo frente a libros y apuntes, son muchos los estudiantes que descuidan su nutrición y apuestan por bollería y comida rápida.
Sin embargo, los estudiantes han de entender que, precisamente en la temporada de estudio, la alimentación es uno de los factores más determinantes para conseguir una mejor retención de conceptos.
La masa cerebral, a pesar de representar tan solo un 2 o 3 % de nuestro peso corporal, consume mucha energía, sobre todo en exámenes. Tanto es así, que según diversos estudios, la materia gris de nuestro cerebro absorbe hasta un 20% de las propiedades energéticas de los alimentos.
Cuando necesitamos elevar el aporte de glucosa al cerebro, debemos hacerlo sin comer de más, pues elevar el aporte de calorías no es lo más aconsejable, ya que nos puede llevar a digestiones pesadas y tardes de somnolencia que nos podrían hacer perder unas valiosísimas horas de estudio, sino que lo que debemos procurar es no descuidar la presencia de determinados nutrientes en la dieta: vitaminas, sales minerales (potasio, magnesio y zinc) y oligoelementos (litio, silicio, selenio y cromo). Éstos tienen relación directa con la capacidad de concentración, memoria, rendimiento intelectual e incluso el estado de ánimo.
Una alimentación adecuada nos puede ayudar mucho a la hora de sacar el máximo rendimiento a nuestras horas de estudio. Estas sencillas pautas pueden ayudarte a conseguirlo.
- Toma un buen desayuno que te aportará energía y le suministrará glucosa a tu cerebro.
- En las comidas principales, la dieta mediterránea es tu mejor aliada. Lo ideal estos días es una alimentación variada sin exceso de grasas, con presencia de verduras y frutas, evitando excesos y alimentos flatulentos. Huye siempre que puedas de comida rápida y precocinada.
- Hidrátate bien durante todo el día bebiendo agua, infusiones o zumos naturales. Evita las bebidas azucaradas o gaseosas.
- Haz 5 o 6 comidas al día (como mínimo 4), así evitarás sentir hambre y comer más de la cuenta en las comidas principales. Es mejor comer un poco cada pocas horas que comer demasiado en las comidas principales.
- La bollería industrial, los snacks comerciales es conveniente eliminarlos de la dieta, aunque un poco de chocolate será tu mejor amigo estos días: aporta una buena cantidad de energía y ayuda a reducir el nivel de estrés.
- No caer en la trampa del café y, en general, de las bebidas con cafeína para estar despierto más tiempo, ya que efectivamente nos quitará el sueño pero hará disminuir nuestra capacidad de concentración y memorización, aumentará el nerviosismo y no os permitirá descansar correctamente.
- Haz algo de ejercicio al finalizar la jornada de estudio. Te ayudará a descansar mejor y a levantarte fresco a la mañana siguiente. Si no puedes conciliar bien el sueño, toma infusiones de hierba luisa, melisa, valeriana, pasiflora, tila o toma un vaso de leche caliente con miel antes de acostarte.
¡Animo y mucha suerte!