En la anterior entrada del blog te intentamos explicar el significado de la somatización.
En esta semana te queremos explicar las distintas relaciones somatoemocionales que se describen y su reflejo en vísceras y espalda.
Según el Dr. Hamer y basándose en sus investigaciones, un shock conflictivo biológico, provoca la aparición de un foco de actividad en el cerebro (visible en TAC). La localización de este foco depende de la naturaleza del shock o choque conflictivo y del contenido del mismo. Tan pronto aparece dicho foco, el órgano controlado por ese punto central sufre una transformación funcional. Esta transformación puede manifestarse como un crecimiento, como pérdida de tejido o como reducción o pérdida de función.
A continuación te damos una relación de las vísceras y la emoción que generalmente suele ir ligada a su mal funcionamiento:
- Hígado: se vincula con la ira, el enfado, frustración con uno mismo y la agresividad. La dificultad de estar bien consigo mismo, tener la dificultad de darle un sentido a la vida, depresión.
- Vesícula biliar: relacionado con la maternidad y síndrome del nido vacío, estrés banal con “algo que no va” pero que no es de vital importancia.
- Esófago y estómago: relacionado con el “yo” frente a los demás, reacciona a las situaciones de estrés debido al trabajo y a las distintas actividades sociales. Agresividad reprimida reacciona con dolores. También en procesos de culpabilidad por dejar de lado a la familia por dedicarse a su ambición profesional. El estómago es el órgano relacionado con la masculinidad, donde la responsabilidad frente al trabajo y la sociedad se hace visible. Esto no quiere decir que una mujer no pueda sufrir problemas de estómago por estas cuestiones.
- Duodeno-intestino delgado: Por una parte encontramos al duodeno, en íntima relación con el estómago, que se vincula a emociones relacionadas con el “yo” social. Por otro, encontramos el intestino delgado, relacionado más con las emociones de ansiedad, darle demasiadas vueltas a las cosas, necesidad de protección.
- Intestino grueso: vinculado a la hipocondría, desapego, desamparo, necesidad de ser protegido. El intestino es el órgano de la feminidad por excelencia, donde los conflictos relacionados con la necesidad de protección, mantener el equilibrio familiar, estabilidad y la hipocondría se somatizan.
- Bazo-páncreas: son los órganos que dan energía, junto con riñón izquierdo. Una ausencia del deseo de vivir y emociones sobre la mortalidad son las que llegan a somtizarse en estas vísceras.
- Riñones: se reflejan los miedos existenciales, sin razón definida, la falta de autoestima, la timidez y la desesperanza. El riñón derecho sirve de “desagüe emocional” del hígado en situaciones de depresión profunda y pueden verse ambos asociados en estos casos.
- Vejiga y útero: ambos con significado emocional parecido, símbolo de hogar, vivienda, remanso de paz.
- Pulmón: tiene una doble función: inspiran la vida y expresan ideas a través del habla. Por ello puede llegar a reflejarse miedo a la muerte y guarda relación con las dificultades para comunicarse cuando uno quiere imponer su palabra, el exceso de autoridad y el dominio sobre los demás.
- Corazón: relacionado con la euforia, histeria, excitación, hipersensibilidad y nerviosismo.
A nivel de aparato locomotor también encontramos estas mismas relaciones, esta vez no centraremos en la columna vertebral:
- Cuello: culpa y la auto-recriminación. El dolor en el cuello puede significar que estás teniendo problemas para perdonarte a ti mismo, y te estás juzgando con demasiada dureza.
- Hombros: nuestros hombros son donde llevamos nuestras cargas. Hablamos de “asumir un problema” y esto es exactamente lo que estamos haciendo cuando nuestros hombros están tensos y nos causan dolor.
- Espalda superior: relacionada con la sensación de la falta de apoyo emocional.
- Espalda baja: zona donde se reflejan problemas a nivel de trabajo y económicos.