Ya habrás oído por todos sitios que no hay nada mejor para la salud que llevar una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico suave y regular. Esa combinación es la clave del éxito para mantener nuestro cuerpo saludable.
Hacer ejercicio frecuentemente es bueno para mantener un peso saludable, reducir la frecuencia cardíaca, reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular y reducir la pérdida de masa ósea que se asocia a la edad y la osteoporosis. ¿Pero sabes para qué más?
Mens sana in corpore sano
Basta con practicar media hora de ejercicio al día para notar, al poco tiempo (2-3 semanas) una mejoría significativa en nuestra condición física y mental. Evidentemente, para notar resultados como una pérdida sustancial de peso, aumento de masa muscular o cualquier otro atributo visual en nuestro cuerpo, el tiempo ha de ser mayor y posiblemente los ejercicios, diferentes. Pero a efectos de nuestra salud, bastan dos o tres semanas para sentir el cambio.
Hacer deporte de manera regular no solo mantiene el cuerpo en forma y nos beneficia directamente en salud, sino que aumenta el bienestar general de las personas. Está demostrado que el ejercicio físico mejora la función mental, la autonomía, la memoria, la sensación general de bienestar… y también nos hace ser más optimistas.
Beneficios de practicar deporte de forma regular
1. El primer beneficio que notaremos es que estamos de mejor humor, nos sentiremos capaces de hacer las cosas con más determinación y nuestra mente estará más despejada. Mejora el sentimiento de bienestar. El estado anímico de quien realiza deporte con frecuencia es mucho más positivo y existe también un importante efecto ansiolítico en todo aquel que realiza actividad física de intensidad moderada.
2. Mejora el descanso. Si juntamos ejercicio físico, una alimentación y hábitos saludables, el descanso será más profundo y reparador.
3. Mejoraremos el sistema músculo-esquelético, es decir, fortaleceremos huesos y músculos, contribuyendo a tener un cuerpo flexible y ágil. Reduce la pérdida de masa muscular. Con el entrenamiento de fuerza se incrementa la masa muscular y la masa ósea.
4. La práctica regular de actividad física incrementa las cualidades físicas (fuerza, potencia, equilibrio, flexibilidad y resistencia) y todas son entrenables y mejorables. A edades avanzadas hay pérdidas de equilibrio y caídas por pérdidas de fuerza y en muchas ocasiones con fracturas óseas, por lo que no estaría de más que en esas edades se trabajase la fuerza al menos un par de días a la semana.
5. Mantendremos en forma el sistema respiratorio, mejorando su capacidad y eficiencia. La capacidad funcional del que se mueve a diario es mucho mayor de quien tiene un estilo de vida sedentario. Está demostrado que el movimiento da vida a nuestras células.
6. El ejercicio contribuye a prevenir enfermedades como la diabetes, las de tipo cardiovascular, el sobrepeso, la artrosis…El ejercicio regular puede mejorar la tensión arterial y el perfil lipídico. Está más que demostrado que reducir la cintura (con una alimentación individualizada y adaptada a cada caso particular) e incrementar la condición física produce beneficios en varios parámetros bioquímicos relacionados con el metabolismo de la glucosa y con el metabolismo de las lipoproteínas.
7. No podemos dejar de recordar los beneficios para el sistema digestivo que aporta el ejercicio frecuente. No solo mejoramos en lo referente al metabolismo basal, sino que la actividad intestinal se ve favorecida, así como el apetito, que estará más regulado. Ayuda a que el cuerpo queme las calorías de forma más eficiente, lo que contribuye a perder y mantener peso, a la vez que incrementa la tasa de metabolismo basal (que es el consumo energético mínimo del cuerpo cada día, el necesario para seguir funcionando), reduce el apetito y contribuye a reducir la grasa corporal.
8. Para los que tenéis un trabajo sedentario, el ejercicio nos ayuda a contrarrestar las horas que nos pasamos sentados en la oficina, y también a afrontar la jornada con mejor estado de ánimo.
¿Cuánto ejercicio debemos practicar diaria o semanalmente?
Depende de las posibilidades de cada uno, pero si conseguimos 150 minutos semanales, estaremos dando un giro a nuestra vida y estaremos mejorando nuestra salud. Se recomiendan sesiones de al menos media hora, con lo cual podemos pensar en sesiones mínimas de 30 minutos, cinco días a la semana.
Ese ejercicio moderado puede ser caminar, montar en bicicleta o nadar, por ejemplo, ya que son ejercicios aeróbicos y, además, bastante completos, pues involucran varios grupos musculares.
En conclusión, lo más importante del ejercicio físico moderado y regular es, precisamente, que lo mantengamos en el tiempo. Si solo hacemos ejercicio de vez en cuando, y además nos ponemos algo más intensos de lo normal, los resultados pueden ser contraproducentes.
CUALQUIER EDAD ES BUENA PARA EMPEZAR A CUIDARSE