Siempre has oído que un buen descanso es importante pero, ¿sabes por qué?
Durante la noche, el organismo libera hormonas que nos ayudan a mantener el bienestar a lo largo del día y a reparar tejidos dañados. Estas hormonas se van a convertir en aliadas de nuestra salud.
FASES DEL SUEÑO
Todas las horas del sueño no son iguales ni inciden en nuestro cuerpo de la misma forma. Cuando dormimos vamos pasando por diferentes etapas, que se repiten a lo largo de toda la noche:
- FASE 1: el sueño es muy liviano, se entra y sale del sueño. Aquí podemos despertarnos fácilmente. Los ojos se mueven lentamente y los músculos se relajan.
- FASE 2: los ojos dejan de moverse y la actividad eléctrica de las ondas cerebrales se ralentizan. La presión arterial, la frecuencia cardiaca y la respiratoria descienden, y se registra una menor actividad cerebral.
- FASE 3 y 4: son conocidas como “sueño profundo”, uno duerme literalmente como un “tronco”, y es muy difícil despertar a alguien durante este período del sueño.
- FASE 5: conocida como FASE REM por sus siglas en inglés (rapid eye movements). Se caracteriza porque justamente los ojos se mueven rápidamente, la respiración aumenta de frecuencia, se torna irregular y superficial a la vez que los músculos se paralizan. Las ondas cerebrales que manifiestan la actividad cerebral se aceleran y son similares a cuando uno está despierto. El ritmo cardíaco también se acelera y la presión arterial se eleva. En ella se producen la mayoría de los sueños que solemos recordar.
Ahora bien, estas cinco fases que hemos descrito conforman lo que se denomina “un ciclo del sueño” que dura aproximadamente entre 90 y 110 minutos. Durante una noche la mayoría de las personas presentan entre 3 y 5 ciclos o fases.
Esta es la forma en la que dormimos y la forma en que soñamos, esa actividad esencial para nuestro bienestar que cuando es inadecuada genera un coste que tarde o temprano se paga comprometiendo nuestra salud. Es por eso que recomiendo consultar con tu médico si notas que tu sueño no se percibe como “reparador”.
¿QUÉ SUCEDE MIENTRAS DUERMES?
HORMONAS:
Esta es una de las razones por las cuales cuando somos bebés dormimos la mayor parte del día (y ocurre lo mismo con todos los mamíferos recién nacidos). La hormona de crecimiento (GH, por sus siglas en inglés) no sólo hace que seamos más grandes, sino que permite a los músculos, huesos y tejidos regenerarse. Esta hormona se segrega mayoritariamente durante la fase 3 y 4 del sueño.
Además, durante el sueño se secretan grandes cantidades de testosterona, la hormona folículo estimulante y hormona leutenizante, indispensables para un correcto funcionamiento del ciclo reproductor femenino y masculina.
SISTEMA INMUNITARIO:
Seguro que habrás oído o leído por ahí que es preciso dormir 8 horas seguidas para no enfermar. Y esto es porque cuando descansamos generamos una buena cantidad de anticuerpos, y de esta forma el organismo se defiende de los ataques de los virus y bacterias.
Por ello cuando estamos resfriados o nos sentimos mal queremos dormir mucho. Nuestro sistema inmunitario se fortalecerá mediante un sueño reparador.
METABOLISMO
Cuando estamos despiertos, el cuerpo utiliza oxígeno y alimentos para proporcionar energía para las actividades que realizamos (un estado mayoritariamente catabólico).
Sin embargo, cuando dormimos, nuestro cuerpo entra en un estado anabólico, en el que el ahorro de energía, la reparación y el crecimiento son las características principales. Gracias a este metabolismo ralentizado nuestros riñones dejar de filtrar líquido de la misma forma en la que lo hacen cuando estamos despiertos. ¡Si no, orinaríamos en la cama! Durante el día la función renal está activa para ayudarnos a filtrar las toxinas que se acumulan en la sangre. Esto hace que se produzca la orina. Como hemos acumulado más desechos durante la noche y no los hemos evacuado durante varias horas (a menos que nos levantemos de madrugada) por la mañana orinamos de color más oscuro.
MÚSCULOS:
Aunque una persona puede cambiar su posición para dormir cerca de 35 veces por la noche, los músculos del cuerpo permanecen relajados. Esto les da la oportunidad para que los tejidos sean reparados y restaurados, un aspecto esencial para los corredores con elevadas exigencias físicas. El mayor flujo sanguíneo durante las fases NoRem, colaboran a una mayor llegada de nutrientes a los músculos.
CEREBRO:
La actividad en la corteza cerebral (donde se produce la percepción, la imaginación, el pensamiento, el juicio) se reduce drásticamente mientras estamos en las primeras fases del sueño y gran parte del flujo sanguíneo habitual se desvía hacia los músculos. Durante la fase REM, la actividad cerebral se incrementa (es allí donde soñamos) y el flujo sanguíneo hacia el cerebro se incrementa.
Es durante el sueño cuando disminuimos nuestro cansancio neurológico a la vez que restauramos nuestras facultades cognitivas, la capacidad de concentración, atención, memoria y aprendizaje, entre otras funciones esenciales.
Como ves tener un sueño reparador es indispensable para vivir, y es que durante nuestra vida nos pasamos 23 horas durmiendo. Y como escribiera Calderón de la Barca: “...es que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.