Llegan los calores y aumentan nuestras necesidades de hidratarnos. En este artículo te explicamos por qué y cómo hacerlo correctamente.

Casi el 75% del cuerpo es agua. A lo largo del día el cuerpo pierde agua por medio de los excrementos, la transpiración y la exhalación del vapor de agua en nuestro aliento, en función del grado de actividad, temperatura, humedad u otros factores. Parte del agua que se encuentra en nuestro cuerpo es expulsada por la orina o a través de la saliva, sudor o lágrimas.

Necesitamos hidratar nuestro organismo para reponer los cerca de 3 litros de líquido consumimos diariamente en cualquiera de sus formas.

En los meses más calurosos del año, nuestras necesidades de hidratación se ven ampliamente incrementadas, sobre todo si nos exponemos al sol, practicamos ejercicio o realizamos algún tipo de actividad física.

A diario se recomienda ingerir un litro y medio de agua, es decir de seis a ocho vasos. Además, se recomienda consumir algunos alimentos que contengan elevadas cantidades de líquidos ( 85 % de agua ) como las sopas, frutas y verduras, que complementan el trabajo de hidratación.

Esta demostrado que la sed no es el mejor signo para guiar la necesidad de hidratarnos ya que aparece solo cuando estamos con algún grado de deshidratación. Es por eso que se recomienda beber líquidos aunque no tengamos sed, en mayor cantidad durante los meses de verano.

Los niños y los ancianos son quienes más deben controlar sus niveles de hidratación: los pequeños, porque no siempre piden agua cuando tienen sed y los ancianos, porque tienen menos agua corporal que en etapas anteriores.

En las embarazadas, la hidratación es fundamental ya que alivia algunos de los malestares más comunes de la gestación, como el estreñimiento y las infecciones de orina. Si no toman suficientes líquidos, dichas molestias suelen empeorar.

En general, y salvo contraindicación médica, se debe consumir abundante líquido con el fin de regular la temperatura corporal, hidratar la piel, beneficiar el buen funcionamiento de los riñones, favorecer la circulación de la sangre y eliminar toxinas y demás productos que desecha el organismo.

Y recuerda que las bebidas alcohólicas no te ayudan a hidratarte, provocan más deshidratación.