El Daño Cerebral Adquirido (DCA) constituye una realidad sociosanitaria de magnitud creciente que necesita una respuesta cada vez más especializada. Debido a la gran complejidad de esta patología es necesaria una intervención de un completo equipo de profesionales, así como de la propia familia.
Dentro de este equipo multidisciplinar, el fisioterapeuta participa en la evaluación, tratamiento y seguimiento de las personas afectadas de DCA, sobre todo a nivel físico, para conseguir la máxima autonomía y funcionalidad del paciente.

 Se entiende como Daño Cerebral Adquirido (DCA) el conjunto de lesiones cerebrales, no existentes con anterioridad en las personas afectadas, que aparecen como consecuencia de una serie de causas, entre las que destacan principalmente los traumatismos craneoencefálicos (TCE), accidentes cerebrovasculares (ACV) -trombosis, embolias, hemorragias, aneurismas cerebrales-, tumores cerebrales y en menor medida anoxias, enfermedades infecciosas, enfermedades metabólicas, intervenciones quirúrgicas sobre el cerebro...
Las principales secuelas asociadas al DCA no sólo son de tipo físico, sino también cognitivas, emocionales, comportamentales, comunicativas y funcionales. Para dar cobertura a todas estas alteraciones sobrevenidas, es ineludible la cooperación de un equipo interdisciplinar.
Dentro de este equipo interdisciplinar encontramos al fisioterapeuta. En concreto, la labor del fisioterapeuta en este ámbito de acción, está dirigido hacia la recuperación de la funcionalidad motora del afectado, mantenimiento de los logros obtenidos,así como favoreciendo un mayor autofeedback y confianza sobre su propia autonomía motriz, dotándole con ello de mejores perspectivas personales y sociales.
¿Qué pasa en el cerebro cuando sufre un daño cerebral?
Cuando, sea cual sea la causa, una persona sufre DCA, se produce una muerte neuronal que puede ser de mayor o menor gravedad dependiendo de la lesión y sus secuelas.
En nuestro sistema nervioso central (SNC) existe un determinado número de neuronas que permanecen en estado de latencia cuando las que les rodean permanecen activas, pero cuando ocurre una lesión, ésta supone un impulso activador de las neuronas latentes de nuestro cerebro, lo que las induce a activarse y adquirir funciones que retoman de las destruidas. Esto, en pocas palabras, es en lo que consiste lo que conocemos como plasticidad neural. Este proceso permite, a través del aprendizaje, la recuperación de funciones que el paciente pierde tras la lesión cerebral.
Para que el aprendizaje se lleve a cabo, debemos proporcionar estímulos.
Papel del fisioterapeuta en el Daño Cerebral Adquirido
En el caso de la fisioterapia, nos encargamos primordialmente del aspecto sensoriomotor. Nuestro principal agente educador es el movimiento. El movimiento se aprende con la experiencia y al mismo tiempo es un vehículo para adquirirla. El movimiento va dejando su impronta en nuestro SNC por medio de la repetición.
Uno de los mayores retos del tratamiento fisioterápico es conseguir el máximo posible de independencia funcional.
La rehabilitación funcional es mayor en los tres primeros meses, menor entre el tercer y el sexto mes y experimenta cambios progresivamente menores a partir del sexto mes. Por ello, es importantísimo empezar cuanto antes un programa de recuperación funcional.