Todos hemos oído alguna vez eso de que "somos lo que comemos", pero ¿hasta qué punto crees que tu alimentación te hace estar predispuesto a contraer enfermedades o lesionarte con más o menos facilidad?

Esta semana queremos explicarte en este artículo, de una forma muy resumida y con conceptos sencillos, el por qué tu alimentación es un factor muy importante a la hora de mantenerte sano y fuerte.

"Los gérmenes no son la causa de la enfermedad, sino que buscan su habitat natural (los tejidos enfermos), de igual manera que los mosquitos buscan el agua estancada y putrefacta, pero no son la causa de la putrefacción del agua" Rudolf Virchow, médico alemán considerado padre de la patología moderna.

Según esta teoría las enfermedades no son causadas por virus o bacterias, microbios y gérmenes externos a nuestro organismo, sino que más bien, la descomposición de nuestras células y tejidos es la que atrae a los gérmenes a su medio natural -tejidos enfermos- provocando males mayores.

¿Cuál es la causa por la que los tejidos enferman?

Para responder a esta pregunta debemos entender como funciona la bioquímica de nuestro cuerpo.

El medio líquido de nuestro cuerpo es tremendamente sofisticado, capaz de transportar cargas y potenciales electroquímicos que afectan al pH.

El pH normal en el organismo es de 7.39, en una escala que va desde 0 -los más ácido-, hasta 14 -lo más alcalino-. Un pH demasiado ácido o alcalino puede obstaculizar la eficiencia de la química y las funciones del cuerpo. Cuando el pH en el cuerpo es ácido se presenta una pérdida en la capacidad de absorción de nutrientes y minerales, la energía en las células disminuye y por lo tanto la capacidad de curar a las células enfermas se pierde, la habilidad de destoxificar metales pesados disminuye, las células de tumores se fortalecen, y el cuerpo se hace más susceptible a la fatiga y las enfermedades.

Teniendo en cuenta que la salud está definida por el equilibrio ácido/alcalino del organismo, hay que observar las causas que provocan la desestabilización para evitarlas o neutralizarlas convenientemente.

¿Qué puede provocar un desequilibrio del pH corporal?

Como podeis imaginar no solo lo que comemos puede ocasionarnos un desequilibrio en el pH, también nuestro entorno influye. Este desequilibrio puede verse provocado por diversos factores como pueden ser:

  • pensamientos y palabras que responden a emociones fuertes
  • entorno estresante: música, compañia no deseada...
  • fumar y aire contaminado en general
  • alimentos ácidos en los que encontramos los productos que povienen de los animales, productos procedentes de ciertos cereales, productos azucarados

El principal desequilibrio: la acidez

Dada la composición de nuestro organismo, tendente a la acidez, y la de los productos de los que nos alimentamos, la acidez suele ser la principal causa desequilibrio de nuestro pH. Para contrarrestar esta situación debemos:

  • evitar alimentos ácidos (carnes y sus derivados, lácteos, azúcares refinados, condimentos como ketchup, mahonesa...).
  • evitar alimentos procesados y enlatados.
  • evitar los derivados de trigo, cebada (pan y pastas), productos de bollería con alto nivel de azúcares.
  • Mantenerte bien hidratado con agua, frutas y verduras. Evitar refrescos y bebidas alcohólicas.
  • Aumentar la ingesta de alimentos que son en su mayoría alcalinos como verduras, frutas (no muy dulces).

Los alimentos que no deben faltar en una dieta alcalinizante son:

  • vegetales de hojas verdes y anchas (fuente de fibra, minerales, vitaminas)
  • carbohidratos vegetales como patatas, boniatos, zanahoria, calabaza...
  • legumbres y grano que hayan estado mucho tiempo almacenados.
  • agua, agua, agua.

Concluyendo...

Una vez leído esto, te das cuenta que tu alimentación se basa principalmente en los alimentos que hemos recomendado evitar, ¿verdad? Bueno, tampoco te alarmes, no te hemos dicho que lo elimines de tu dieta, simplemente deja de consumirlos como base de tu dieta y pasa a tomarlos de forma esporádica. Empieza a consumir más frutas y verduras.

El cuerpo es muy agradecido y por poco que hacemos por él, responde de forma muy generosa. Te animamos a que cambies un poco tu forma de alimentarte y a que nos comentes los cambios que vayas experimentando. ¡ANIMO!